miércoles, 12 de enero de 2011

12. 30 - Octubre - 2001

CONCURSO  XII  FECHA: 30 – OCT – 01


 JURADO: GUILLERMO VEGA ZARAGOZA


TEMA: LA INFIDELIDAD AMOROSA


Infidelidad




PRIMER LUGAR:


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Crucigrama


Horizontales:
1) Nombre de la flor que le regaló cuando la conoció.


2) Lugar donde fueron a cenar en su primera cita.

3) Hotel de origen español con vista al océano.

4) Pasión amatoria desenfrenada; lujuria.

5) Iglesia célebre por ocasionar rápidos y conglomerados casamientos.

6) Sinónimo de estrés; trabajo excesivo.

7) Estado anímico similar a la depresión (masculino).

Verticales:

1) Persona que interfiere maliciosamente en una disputa (femenino).

2) Sinónimo de engaño; se refiere a una relación ilícita.

3) Estado de frustración al percatarse de una situación indeseada.

4) Se pelean, riñen (plural).

5) Homónimo de reencuentro (infinitivo).

6) Procrear, dar a luz en el género humano.

7) Estado anímico similar a la felicidad (masculino y femenino).


MENCIONES HONORÍFICAS:


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Letras infieles


Julieta ha huido en brazos de un íncubo; Romeo baila un tango con Justine; Thérése se desprende de las garras de Mauriac; Dulcinea observa fascinada a Zola mientras Nana le pasa su tarifa a Goethe quien, descaradamente, le manifiesta su pasión a Cassandra; Madame Bovary intenta atrapar a Ronsard; Don Quijote y Manon se envuelven en un vals; Baudelaire corta una rosa ante la mirada desconfiada de Flaubert; Marianne y Werther se han entregado a la lujuria; Francois sucumbe al vértigo de un súcubo travieso; Shakespeare llora de amor (amor inconcluso); “nunca te seré infiel” suspira Eros enamorado; “¡jamás!”.


ALFONSO PEDRAZA


Amor solo


Abrazado a ella bajo las sábanas. Aún con la respiración agitada y el húmedo pene perdiendo poco a poco la erección, quiso explicarle todo con la mirada, sabiendo que el diálogo era imposible.

—No será una traición el que te cambie. Te tengo tan metida en mí, que en ella busqué el perdido brillo de tus ojos, tu pelo, y la turgencia que antaño tenían tus senos. Todo lo habría aceptado, menos el aspecto que ahora tienes por las mañanas, completamente amorfa, desinflada. Además que ahora vienen con mayor resistencia a las roturas, calefacción y vibración electrónicas.


BERTA SILENO


Vecinos


Nada más llegar, la primera noche, ella pasó a pedirme una vela. "Nuestro piso está a oscuras" -me explicó-.

Al día siguiente preguntó si podía dejarle un poco de sal, después aceite. Azúcar, especias, aspirinas y chinchetas faltaban también en aquella casa de carencias insospechables.

Una tarde, ella llamó con fuerza al timbre. Yo salí enojado y antes de que pudiera decir nada, sus labios rozaban los míos y me empujaban hacia mi cuarto. Sobre el lecho en penumbra nos amamos algunas tardes.

Anteanoche hubo una tormenta y la luz se apagó en el edificio. Escuché fuertes voces y algunos golpes en el piso de al lado. Creo que ella lloraba. Después esos golpes llegaron a mi puerta.

Abrí, y ante mí estaba él, su esposo. "¿Tienes una vela?" -me preguntó- y se quedó mirándome, con la respiración agitada. Antes de dirigirme a buscarla, me pidió sal y luego aceite.

Yo conocía esa secuencia de pedidos.


BERTA SILENO


Los Grand-Tour


Louis de Grand-Tour se cobijó en el bosque con Berta Isleño para protegerse de la tormenta. Bajo el cielo cárdeno, roto por truenos y rayos, el señor, dubitativo, admiraba la belleza de la nueva criada. Esta, con los ojos entornados, dejaba caer las gotas de lluvia desde sus pestañas a los labios.

Louis avanzó, vacilante, y tocó con sus dedos aquellos labios trémulos. Después los besó, durante un relámpago. Ella cerró los ojos y jadeó con ternura. Sobre la tierra mojada arremolinaron sus ropas, envueltos por el vaho y los relinchos de los caballos.

Al salir de su refugio, el sol despuntaba con timidez. Berta, melancólicamente, consideró cumplido el encargo de Mr. Laclos, quien, en aquel instante, regresaba de su cita con Mme. de Grand-Tour.


MIRIAM CHEPSY


Certezas


- Crees que tu marido puede tener una amiga ?

- Imposible, vuelve temprano y sólo sale a pasear con los perros, después de cenar, todos los días.

Enlazados apasionadamente, desnudos sobre la cama, ella gozaba con sus caricias y él apuraba esos cortos momentos de sensualidad y placer en que sus manos y su boca la redescubrían.

Mientras, sus dos perros se disputaban los favores de la perra de María.


MIRIAM CHEPSY


El baile


Los dos hombres eran maravillosos, los dos me besaban y acariciaban con maestría. Sus cuerpos eran jóvenes y fuertes. Sus rostros estaban como facetados por un cuchillo y sus grandes ojos negros brillaban y sonreían. Bailábamos los tres apretados al compás de la música, pegajosa y húmeda. Fuera brillaba la luna y el mar susurraba en la orilla. Comenzaron a desvestirme, dos bocas sentí en mis pechos y gemí suavemente de dicha. Siguió el baile y una a una mis prendas cayeron sobre la pista.

Estaba casada, no podía decir que no lo quería y no era un comportamiento que yo pudiera admitir en nuestra vida. Cuando sentí un miembro erecto, dispuesto a penetrarme, di aterrorizada un grito y traté de separar mi cuerpo con energía.

En ese momento escuché la voz de mi marido preguntando: Qué te pasa? Tienes una pesadilla?


PILAR


Permuta


Angustias acababa de enterarse de que su marido tan abnegado, tan amable, tan cumplidor, la engañaba. Una caritativa vecina le había avisado:

- Me parece que es mejor que lo sepas. Tu Antonio anda metido en asuntos de faldas y... ya sabes como son los pueblos...

Angustias calló, y como era persona discreta, le agradeció tan inesperada confidencia.
Más tarde, en brazos de su amante, el fantasma del despecho había sustituido al del remordimiento.


DIANA JAZMÍN


Obsesión


¡Estás enferma! –le grité furibundo- Estás obsesionada con todas esas mujeres. “Que si son más delgadas que tú, que si son más bonitas; que te puedo cambiar por cualquiera, porque están mejor que tú; que si ya no te quiero”...ya estoy harto. Lo que tú necesitas es ir al maldito gimnasio y arreglarte. Esa será tu terapia para que tu autoestima suba.

-¿Cómo ves?

-¡Ashh! Ya no hables de tu mujer. Mejor hablemos de nosotros...


DIANA JAZMIN


Doble traición


Dicen que el último en enterarse es el marido. No era mi caso, yo lo sabía. Mi familia insistía que me divorciara. "Déjala, es una perra" decía mi hermana.

"Golpéala, así se le quita lo puta" decía mi padre.

Mi madre sólo lloraba y decía que le apenaba que sus hijos fueron tan cobardes e infelices.

Fui el último en enterarse que mi madre se refería a mí como el infeliz y a mi hermano como el cobarde que engañó a su propio hermano.


HÉCTOR VIVEROS


La Campeona


De no ser porque se hizo novio de Ale, nunca hubiera sido campeón. Le aconsejaba sobre los puntos débiles, las dolencias, las heridas y las limitaciones de cada uno de sus adversarios antes de la lucha.

Claro que "El Tigre" sabía como conseguía la información, e incluso que a veces, las dolencias y cansancios de los rivales eran a causa suya. Lo curioso es que, aún cuando pronto se descubrió la estrategia, los otros luchadores nunca le reclamaron nada y se siguió repitiendo, domingo a domingo, la misma escena.

Lo único que los demás le pidieron al "Tigre" fue que, cuando fuera campeón, le pusiera a ella el cinturón y la paseara en hombros por el ring.

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