sábado, 8 de enero de 2011

8. 20 - Septiembre - 2001


CONCURSO  VIII  FECHA: 20 – SEP – 01


JURADO:  AMELIE OLAIZ (DAKINY)


TEMA: DECISIÓN TRASCENDENTAL


Decisión trascendental




PRIMER LUGAR:

 OSO


El diamante de Niemann


Ahí estaba de nuevo, absorto en la contemplación de la magnífica joya destellando sutiles colores bajo la luz directa de la lámpara. Había olvidado ya cuántas veces admiró los cortes, las facetas, la misteriosa radiación que parecía brindar una ventana a un mundo de maravillas tras los múltiples espejos del diamante de Niemann-Sacks.

Tarde a tarde, en Madison Avenue, se había detenido frente al aparador exhibidor de la prestigiosa joyería, burlándose de los estúpidos transeúntes ignorantes de la enorme calidad del cristal. Solo él sabía apreciar aquel tesoro. Soñó tantas veces en comprarlo y regalarlo a Melissa... imaginó con deleite el rostro de admiración de su amada reflejando los destellos del diamante y lanzándose a sus brazos.

Era el mismo. Tallado en flor, con tonos azules, un fondo de violeta y reverberaciones amarillas. Entonces se decidió.

Quebró el anular con las poderosas pinzas para acero. De los ojos polvorientos que le observaban, mudos, bajo las vigas derrumbadas, no salieron lágrimas, sólo algo que pudo ser pestañeos dolorosos y asombrados. Guardó la joya en la chaqueta y tiró el dedo seco.

—¿Algún rastro de vida, Jones?—

Jones se recarga en la grúa, exhausto. Se retira los guantes. Niega con la cabeza. Está llorando.

El capitán ordena que metan las máquinas.


 SEGUNDO LUGAR:


CONCHITA


Aquel extraño


Veía pasar el paisaje oscurecido por los cristales de las gafas, que ocultaban unos ojos enrojecidos por el llanto y las noches de insomnio. Otras imágenes afluían acompasadas por el ruido del tren. Su boda, el primer llanto de sus hijos, las lecciones en la facultad, su casa, la angustia creciendo en el pecho, las dudas, la ansiedad, la congoja de sentirse prisionero entre muros insalvables, el amor y la ternura de su familia, salvación y cárcel. Ya todo iba quedando atrás. Ahora el dolor de la separación le cercenaba el corazón, el brutal golpe del rompimiento le martilleaba el cerebro, pero después de años de indecisión caminaba seguro en pos de su yo más íntimo, en busca de un cuerpo de mujer donde albergar un alma rota. A cambio, ya no se enfrentaría jamás, delante del espejo, con aquel extraño, que lo miraba con ojos sorprendidos.


MENCION:


MAURICIO CAMINO (12 AÑOS)


Correr el riesgo


Rodó por la barranca y corrí en su ayuda. Allí estaba mi mejor amigo sobre la tierra, con sangre en los labios. No respiraba. Dudé un instante, pero el cariño pudo más. Le di respiración boca a boca aunque sabía las consecuencias. El tenía sida. Hoy, yo también vivo su infierno.

1 comentario:

  1. recuerdo esta del niño de 12...nadie creía que fuera un niño, espero que haya seguido cultivando esta afición, quizá...ya sea un escritor desde ese día.

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