sábado, 26 de febrero de 2011

57. Junio - 2004

CONCURSO JUNIO – 2004


JURADO: ANA CLAVEL


TEMA: CIGARROS, PUROS Y OTROS ARTÍCULOS PARA FUMADOR.



Puros y pipas



PRIMEROS LUGARES:


IMPAL


Le bajó los humos


Escribía un cuento mientras fumaba. Notó que el humo estaba introduciéndose en el texto. Su personaje tosía y manoteaba tratando de dispersar la nube gris. Divertido, el escritor le arrojó en la cara un arito de humo. Colérico, el hombrecillo inició un fuego que pronto se extendió al resto de las páginas. El autor apagó las hojas azotándolas en la pared. Después, arrojó los residuos al cesto de basura. Respiró hondo y se dispuso a trabajar de nuevo. Antes, por supuesto, encendió otro cigarro.


TALATUSI


Desintoxicación


Lucía prendió el cigarrillo y lo miró con asco mientras expulsaba la primera bocanada de humo amargo y pensaba, por enésima vez, que había llegado el momento de dejarlo. Ya no podía más. Diez años de dependencia eran más que suficientes para sentirse sucia y cobarde. Tal vez, si ahora se lo proponía de veras, podría dejar al fin de hacerse daño. Le parecía increíble que una persona como ella, fuerte, inteligente y de tanto tesón, se viera sometida y dominada hasta la náusea por una pequeñez así.

Definitivamente, se había acabado. Marcó un número en su teléfono móvil y esperó con el corazón latiendo en la garganta.

—¿Santiago? —inquirió, temeraria—. Mira, tengo algo que decirte.... Sí, iba de camino... No, ya no. Escucha, Santiago, es que me voy de casa y ya no vas a verme nunca más. Te dejo. Te odio. —Y colgó.

En el siguiente semáforo en rojo, lanzó la colilla por la ventana del coche y encendió un nuevo cigarro que aspiró hasta desbordar su vientre con un humo cálido y poderoso, consolador. Él sí que sabía darle buenos ratos. Luego apretó el acelerador a fondo y se esfumó.


ANDULLO


Instrucciones para fumar


Contemple el humidor, de cedro barnizado y adornos de plata. Ábralo con sumo cuidado, no más de un instante, el apenas necesario para sacar el puro desnudo de la caja. Observe la anilla y el calibre del habano.

Tómelo con delicadeza por el pie para no dañar la perilla, comprobando que no tiene parte blanda o dura, que el cañón es parejo y doble claro. Con la guillotina decapite la cabeza limpiamente, aspire el bouquet y prepárese a encenderlo.

Cuando lo prenda aprecie el tiro. Extasíese en las espirales de humo que se elevan al cielo, la fortaleza de la bocanada y el aroma inapreciable del tabaco. No haga caso de los gritos histéricos de su vieja que exige se vaya a fumar a la chingada.


SEGUNDOS LUGARES:


ASPARTAME


Volverán los oscuros ceniceros de tu cigarro cenizas a formar


Todo comenzó una mañana calurosa de diciembre. Los postes ladraban y los perros sostenían alambres. Una mujer gorda y perezosa masticaba encendedores, con la misma desfachatez que los verdugos cuando asestan hachazos y talan las plantas de los pies.

Unos tiernos ceniceritos se repegaban a sus peludas piernas, pero todo fue inútil. La gorda cuerpo de habano estaba decidida, tomó el sol y lo arrojó a los gallos que maullaban de gusto.

Todo estaba negro, igualito que los enfisemas pulmonares. Entonces comprendimos que la obesa tenía malas intenciones, detuvimos al mundo y nos bajamos antes de que iniciara el diluvio de colillas.


IMPAL


Compulsivo


Encendió un cigarro. Al consumirlo, se fumó un dedo, luego otro, después la mano y, sin poder contenerse, siguió con el resto de su cuerpo. Con el último aliento trató de tomar otro cigarro, pero sus cenizas se desmoronaron antes de alcanzarlo.


COROLARIO


Pasión fosfórica


La cerilla se daba contra las paredes porque su amado cigarrillo se había esfumado con otra. Esta fue la chispa necesaria para que perdiese la cabeza: consumida por el fuego de los celos, se hizo humo.


MONTECRISTO - José Luis Sandín


Humaredas de aluminio azul


El habano:

Brillaba el tizón naranja en medio de la oscuridad, justo en el segundo previo a que Humberto entrara a la habitación, dos antes a los disparos que le perforaron la vida.

Una bocanada al Montecristo le regresa a Ernesto la tranquilidad: guarda el arma en la funda, luego acaricia el encendedor.

El cigarrillo:

La costumbre de Humberto de encenderlo al entrar al edificio le parece asquerosa al resto de los residentes. Si hubiese renunciado a fumar habría advertido desde el corredor el olor del habano.

El encendedor:

Es de aluminio azul y está sobre la mesa. Total, piensa Adela, Ernesto no tendrá inconveniente en que se lo regale a Humberto...


COROLARIO


The End (fundido en gris)


--------------------------------------------------- . -----------------
-------------------------------------------------- fin ---------------
----------------------------------------- la palabra ----------------
------------------------------------- temblorosa ------------------
------------------------------- con su letra ------------------------
------------------------------ a dibujar ----------------------------
------------------------------- empezaba --------------------------
--------------------------------- en el cenicero -------------------
-------------------------------------- abandonado ----------------
------------------------------------- un cigarrillo -----------------
----------------------------------- el humo de --------------------
----------------------------------- mientras -----------------------
----------------------------------- siempre ------------------------
--------------------------------------- para ------------------------
----------------------------------------- fue ------------------------
------------------------------------------- se -----------------------
------------------------------------------- y ------------------------
------------------- NO QUIERO VERTE MÁS !!!!!! ---------
-----------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------

TERCEROS LUGARES:


J.M. DORREGO


Sisí Mon amour


Querida Sisí:

Espero que sepas comprenderme, amor. No reniego de nuestras noches de luna y bruma, en que mi boca besaba tu boca loca. Ni del brillo del cigarrillo (noche con broche) rubricando lirios y delirios, pasiones y fusiones. Jamás olvidaré aquel humo tras la batalla, cuando nuestro aliento con traje de Marlboro se fundía en la oscuridad, confundido entre el eco de muelles y gemidos.

No he dejado de quererte, amor: Tan sólo he dejado de fumar.


EL PROFESIONAL


Nunca más podré desnudarme bajo la luz


La piel tatemada duele. Duele un chingo, si me apuras hasta dos. Yo no quería hablar, lo juro, pero el olor a pecho quemado era muy fuerte, muy feo, muy de meterse por la nariz como cien mil agujas picoteando. También ardía: mucho, más que la cuchilla, que la picana y el pene del hombre juntos. Aguanté todo, todo menos la brasa sobre el pezón que aún huele a puro. Lo demás, no importa: ni cuánto, ni cómo, ni de quién hablé… Lo hice. Sin llorar, con un cigarrillo entre los labios.


ALEX DÍNAMO


Adiós gusanos de humo


Pensamos que tarde o temprano se desportillaría como cenicero de barro, porque crujía y bufaba en su torpe avanzar. Cada vez estaba más sucio y pasado de moda, igual que los encendedores que usaba mi viejo...

Un día morirá, dijo mi madre, y se irá como vino; lanzando ese horrible humo. Ella no pudo verlo, yo soy testigo de que así fue: en mi pueblo ya no hay ferrocarril.


EL CACHETÓN DEL PURO - Rubén Pesquera Roa


Un sibarita


Tomo el habano con delicadeza, regodeándome en el aroma, el tacto sensual del tabaco, el color marrón muy claro. Usando la guillotina hago un tajo precioso y rueda la cabeza de Robespierre. Enciendo el cigarro y me dispongo a disfrutar de la incineración de media docena de brujas desnudas...

¡Ahhh!, la mariguana...


CÉFIRO


Círculo vicioso


Atraído por la profunda inspiración, el anillo de fuego dejó a su paso una débil estructura grisácea que se desplomó a tierra.

—Cuantos más me fumo, a menos me saben —se quejó el Diablo.

Más abajo, una brigada de afanosos demonios menores recogía las cenizas que se acumulaban junto al trono. Los restos, debidamente empacados y etiquetados, se vendían a los cultivadores de tabaco de la superficie quienes, a su vez, los hacían pasar por materia prima de primera calidad ante las tabacaleras. La creciente plusvalía de éstas últimas era reinvertida por completo en publicidad.

—El negocio va viento en popa, Pedrito —reconocía Dios ante su portero, mientras clasificaba al por mayor el incesante flujo de ánimas.

—Ha llegado la última remesa de deportados del Cielo, su satánica majestad —informaba en ese mismo momento un edecán infernal.

—Pásame unos pocos, a ver si ha mejorado la calidad —suspiró con desgana el Maligno, encendiendo la melena de una condenada chillona—. Lo dicho, cuantos más me fumo, a menos me saben.

Resultado de la Porra 57. Junio - 2004

5 comentarios:

  1. Espléndida cosecha de palabras. Maravilloso el collar que se hace con ellas.
    Continúo sumando joyas a mi microteca

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  2. Hubo un concurso extra sobre gregerias en este mes o en el siguiente.

    Saludos.

    Hector Vargas
    Domador de Caballos

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  3. Fe de erratas donde dice gregerias debbe decir greguerías

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  4. Me han gustado mucho "Volverán los oscuros ceniceros de tu cigarro cenizas a formar" por su ruptura, por hacer una paráfrasis de un famoso poema, por lo diferente; "Humaredas de aluminio azul", por sus tres puntos de vista, y me llama la atención el carácter experimental de "The end", tan cercano a la poesía, de dibujar con las palabras, literalmente hablando, parte del contenido: es en ese aspecto muy bueno, pero no sé, me quedan dudas de que funcione como microrrelato.
    .
    Saludos cordiales.

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  5. Corolario era Vlado, o sea, yop. Qué inventos con The End para que no se me descuadrara el dibujo con el formato de Marina. Y aun aquí el humo se movió de la punta del cigarrillo, juas.

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